Las ciudades fronterizas han crecido desordenadamente en torno a la infraestructura del Paso Fronterizo existente. Como consecuencia de esto, la circulación por el puente y el uso de las instalaciones y servicios en este sector, se han visto superadas por el flujo de tránsito pesado, particular y peatonal, por lo que el actual puente ha ido perdiendo progresivamente su capacidad física.
El tránsito pesado hoy circula por medio de las ciudades, provocando serios inconvenientes en las mismas (deterioro de la red vial, contaminación , etc.) que en los meses de enero y febrero alcanzan un nivel de saturación importante, impactando además en la celeridad de trámites y controles.
A esta situación debemos añadirle la problemática que genera el incremento del tráfico vecinal fronterizo que ha evolucionado simultáneamente al crecimiento poblacional de las ciudades.