Perú-Brasil: la alianza estratégica que unió el océano Atlántico con las rutas del Pacífico
Hace más de una década, el día en que el aún candidato Lula da Silva llegó al Perú para promover su candidatura entre una decena de políticos peruanos, pocos imaginaron la magnitud que iba a provocar en la economía de ambos países aquel discurso a favor de establecer una Alianza Estratégica entre Perú y Brasil. Hasta ese entonces, el Perú había firmado una Asociación Estratégica con Chile, una Asociación Preferencial con Argentina y Colombia, una Integración Profunda con Ecuador y Bolivia, y una Alianza Democrática con Costa Rica, por lo que en un principio el documento no despertó el impacto que provocaría entre los expertos años más tarde.
Parecía, para algunos, otro de los tantos intentos fallidos de América Latina por tratar de equilibrar el peso geopolítico de Estados Unidos en la región. No obstante, para Brasil, un país enorme –y con sabiduría futbolística–, este tratado representaba la clave para garantizar un protagonismo relevante en el continente, porque, como sabe Lula, hincha del Corinthians, los partidos solo los gana aquel equipo que domina la media cancha. Desde que el comercio global empezó a girar de este a oeste, concentrándose en el océano Pacífico, Brasil comenzó a buscar un socio estratégico para acceder con facilidad a los mercados de China, Japón, Corea, así como a los puertos de los tigres del sudeste asiático, cuyas economías empezaban a crecer a la velocidad de una locomotora.
EN EL EJE DEL COMERCIO
El Perú, ubicado en el eje central de América Latina, además de ser el segundo país con el que comparte la frontera más larga (3.000 kilómetros) de Sudamérica, posee salida al Pacífico, a través de una red de puertos que se empezaron a modernizar desde fines de los noventa, entre los que destaca el del Callao. En el año 2000, el presidente Fernando Henrique Cardoso propuso lo que él llamó la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), que sería el marco en el que nacería Unasur.
El 25 de agosto de 2003, tras un largo periodo de negociaciones entre las cancillerías de los dos países, el ya presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó con Alejandro Toledo lo que se denominó la Alianza Estratégica Perú Brasil, eje de la integración de Sudamérica. Ha pasado una década desde entonces, lapso suficiente para hacer un balance del significado de este lazo. De los 24 puntos en agenda, muchos objetivos se han cumplido. Quizá el más tangible es la carretera IIRSA Sur, que une el departamento de Madre de Dios con el Estado de Acre en Brasil. Otros, como la IIRSA Norte, están encaminados. Sin embargo, proyectos en hidrovías, así como las 15 hidroeléctricas, entre las que destaca la de Inambari, están paralizados.
Pero basta mirar las cifras para comprender que el impacto de este acuerdo va más allá de la comunicación. En el 2002, antes de la firma del documento, la balanza comercial conjunta apenas alcanzaba US$ 653 millones. Para el 2006, al inicio de la administración García, esta ya superaba los US$ 2.290 millones. En el 2012, durante el segundo año del presidente Humala, esta alcanzó los US$ 3.702 millones. Es decir, en una década, la balanza se multiplicó por seis.
El comercio bilateral crece con potencial de onda expansiva. Las inversiones se trasladan de un lado a otro, casi sin restricciones. Cada vez son más las empresas brasileñas que llegan a invertir en el Perú. El embajador de Brasil en Lima, Carlos Lazary Texeira, estima que la inversión privada de su país alcanzó este 2013 los US$ 6.000 millones, ubicando al Perú como el segundo destino de la inversión del gigante de América Latina en la región. Según las proyecciones, para el 2020 se estima que la inversión podría superar los US$ 20.000 millones, 400 veces más que el año 2000. En el otro lado de la frontera, Lazary Texeira afirma que no son pocos los grupos económicos locales que compiten en el feroz mercado brasileño, cuyas inversiones suman alrededor de US$ 1.000 millones, donde destacan las apuestas de los grupos Breca, Interbank, ACP, Belcorp y Añaños en sectores como minería, cosméticos, finanzas y consumo.
INVERSIÓN Y GEOPOLÍTICA
“Esta alianza es un caso fascinante para analizar las nuevas condiciones de competencia, así como la convergencia entre intereses económicos y geopolíticos de los gobiernos y el sector privado. Los grupos económicos brasileños, fortalecidos como agentes económicos, impulsan esta unión, que a su vez abre oportunidades para los grupos peruanos. Esto le ha convenido al Estado, porque el Perú por fin ha definido una ruta para asegurar su crecimiento económico en el largo plazo”, afirma el sociólogo Francisco Durand, experto en políticas públicas y grupos económicos.
Para el ex ministro de Comercio Exterior y Turismo, Alfredo Ferrero, Brasil representa una oportunidad para el país, tanto por el tamaño del mercado (195 millones de personas) como por el impacto que produce la inversión brasileña en los campos de la minería, la construcción, los hidrocarburos, la petroquímica y la energía. No obstante, Ferrero advierte que en esta última década, el Perú ha equilibrado su posición en este dúo. No solo se ha consolidado la economía como una de las más dinámicas, sino que el país ha asumido un rol relevante en la agenda latinoamericana, con el lanzamiento de la Alianza del Pacífico, un modelo de integración más moderno que el Mercosur, al que los analistas llaman la alianza de la sensatez.
El 2012, los cuatro países miembros (Perú, Chile, Colombia y México) alcanzaron un índice de crecimiento combinado de 5%, mientras que los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela, Bolivia y Paraguay) crecieron a una tasa promedio de 2,9% según cifras de la Cepal. En un clima de desaceleración global, el intercambio entre los países de la Alianza del Pacífico creció 1,3%, mientras que entre los miembros del Mercosur cayó un 9,4%. “Brasil, en un futuro cercano, deberá volver a analizar su posición en la región, y determinar qué es lo que más le conviene a su economía. Si busca convertirse en los próximos 20 años en la cuarta economía más importante del mundo, necesitará vincularse con los socios correctos”, explica Ferrero.
OPORTUNIDAD A FUTURO
La Alianza Estratégica entre Brasil y Perú posee un alcance geopolítico importante, que establece un horizonte de posibilidades así como de desafíos. Ambos países, además de conectar el este con el oeste, multiplicando la inversión y el comercio, son los principales copropietarios de la Amazonía, donde se ubica la mayor reserva de agua dulce del planeta. Brasil, en los próximos años, se consolidará como la primera potencia del hemisferio sur, asegurando un cúmulo de ventajas competitivas para el país.
Por ese motivo, los expertos aseguran que el presidente Humala no debe perder la oportunidad de reunirse con su par brasileña, para profundizar este lazo, para subir un peldaño más en esta aventura, transformando la alianza en una Sociedad Estratégica, entre dos países que aprendieron a hablar de tú a tú pese a las diferencias de tamaño.
EL LARGO PLAZO DE LA ECONOMÍA PERUANA ESTÁ JUNTO AL BRASIL
El Perú suma un conjunto de ventajas a la estrategia de largo plazo del Brasil, que apunta a incrementar su inversión, comercio e infraestructura al Pacífico. No obstante, las oportunidades que brinda el gigante de Sudamérica representan una oportunidad de desarrollo tanto en el corto plazo como de cara al futuro.
Para el economista Carlos Anderson, presidente del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), Brasil posee el tamaño de la economía de los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico. De las 500 empresas más grandes que operan en el mundo, 400 están presentes en Brasil.
Por otro lado, un aspecto clave para sostener las tasas con las que el Perú ha venido creciendo es que se necesitará duplicar la oferta energética, con grandes proyectos en hidroenergía, como los que existen en la frontera de ambos países. Para Anderson, el Acuerdo de Suministro de Electricidad y Exportación de Excedentes, firmado en el año 2010, representa la llave para que ambos países sigan apostando por crecer a tasas aceleradas.
EN CIFRAS
22 reuniones de presidentes hubo entre el 2001 y el 2006.
4.000 millones de dólares sumará la balanza comercial al 2013.
6.000 millones suman las inversiones de Brasil en el Perú
Luis Felipe Gamarra
Fuente: Larepublica.pe (enlace a la noticia)